Newcastle: expectativas demasiado altas.

Por Paola Cid.

La anterior temporada del Newcastle había servido para colocarlo en boca de todos y recuperar parte del prestigio perdido tras su regreso de la Championship. Su prestigio histórico había ido decayendo de manera progresiva y tras que Alan Pardew consiguiera la mejor posición en el campeonato doméstico de los últimos años, se empezó a vislumbrar cierto optimismo en St James Park sobre el futuro del equipo. Existía una buena base que invita a confiar en ello: Tim Krul, Yohan Cabaye, Hatem Ben Arfa, Papiss Demba Cissé o el incombustible Fabricio Coloccini eran activos para confiar en una temporada de estabilización, más aún cuando la directiva decidió confiar de manera ciega hacia Pardew con una renovación inusual en los tiempos actuales.

Alan Pardew, del cielo al infierno en sólo 365 días.

Alan Pardew, del cielo al infierno en sólo 365 días.

Todo parecía tomar tintes de novela romántica e incluso con final feliz para los dos partes, sin embargo siempre aparecen todo tipos de giros que los magpies no han sabido digerir de la mejor manera posible. Nivel irrelevante de sus fichajes estivales, un calendario mucho más agresivo con la presencia de cuatro competiciones y una plaga de lesiones que fueron rebajando el nivel de la plantilla de manera progresiva hasta prácticamente olvidar todo lo positivo recogido hace apenas un año, cuando la candidatura de Alan Pardew a ser entrenador del año en Inglaterra contaba con muchos apoyos. Giros del destino que marcan el devenir del futuro y la temporada del Newcastle ha dado más disgustos que alegrías.

Pardew tiene coartada, al menos para justificar su mal inicio de temporada. Las lesiones de Cabaye & Ben Arfa trastocaron, dos de los pilares básicos de los éxitos del Newcastle en la temporada 2011-2012. Aquel 4-4-2 perdía la magia y el descaro de Ben Arfa que ante rivales encerrados siempre era capaz de encontrar un resquicio en la retaguardia del oponente con su depurada técnica, mientras que la baja de Cabaye afectó más a los mecanismos de salida de los magpies. Yohan era el lanzador del equipo y el cerebro, su lesión y problemas psicológicos tras la Eurocopa tuvieron daños colaterales para Tioté que ya no solo tenía que preocuparse en generar robos también tenía que encargarse a ser el timonel de un proyecto que veía como Anita no respondía. Comenzaba la odisea para el Newcastle.

La situación se agravó más con la salida de Demba Ba a Stamford Bridge y la lesión de Tim Krul que encendían las alarmas sobre la cabeza de Mike Ashley que veía como la columna vertebral de la anterior temporada se estaba resquebrajando cada vez más. El adiós de Ba tuvo su importancia táctica, Pardew se tendría que olvidar de su amado 4-4-2 para asentar el 4-2-3-1 con un Cissé que veía que su eficacia goleadora se iba reduciendo. No quedaba otra que acudir al mercado invernal para solucionar todo el cúmulo de problemas acumulados en los últimos tiempos, ahí se acertó con contrataciones sobresalientes como Debuchy, Moussa Sissoko, Yanga-Mbiwa y Gouffran todos de origen galo llevando al Newcastle a levantar cabeza aunque con problemas para adaptarse a una cultura opuesta a la suya, más la traba del idioma.

Pese a todos los obstáculos, Alan Pardew se sacó un as bajo la mango un tanto impredecible. Adelantar la posición de Moussa Sissoko en un proceso similar que hizo Roberto Mancini con Yaya Touré. El Newcastle no solo ganó carga de área y llegada con la nueva posición de Moussa, obtuvo también un futbolista que incordia en la salida de balón de rival algo que se echaba de menos ya que sin el 4-4-2 Pardew no podía forjar superioridad numérica o igualdad con la cuál obstaculizar la salida de balón del oponente.

Yanga-Mbiwa & Debuchy mejoraron una defensa que veía como había perdido a uno de los mejores goalkeepers la anterior temporada y como los rumores de un posible traspaso de Fabricio Coloccini. Debuchy mejoró una posición que hacía tiempo estaba en la hoja de ruta del Newcastle: el lateral derecho. Siendo un central que cuya tipología es sumarse al ataque y abastecer de centros, proceso por el cuál Sissoko se veía beneficiado de la multitud de rechaces que cazaba bien para disparar o para buscar la asistencia. El caso de Yanga-Mbiwa aportó polivalencia y mucha capacidad de sacrifcio unido a sus buenas capacidades físicas que le daban más variables a una línea defensiva que en multitud de ocasiones se queda casi sin un nivel defensivo decente.

Newcastle

Pese a las notables mejora que aportaron los fichajes invernales, sabe a poco que el objetivo de un club cuya historia y presupuesto es grande sea evitar el descenso en las últimas jornadas de la Premier League. Pardew tiene excusa, la falta de efectivos en el primer tramo de la temporada y na calendario mucho más exigente son los culpables del claro retroceso en St. James Park, un año que debería haber servido para reafirmar una candidatura más a hacer la vida imposible a los grandes de Inglaterra ha sufrido un golpe crítico y quizás salga con varias víctimas de por medio. La temporada es decepcionante aunque hayan existido lesiones, hay plantilla para poder asentarse cómodamente en la tabla media.

Siendo optimistas, lo más positivo que se puede extraer de la temporada del Newcastle ha sido la capacidad de rehacerse de sus errores en el mercado estival, le dieron ese plus y fondo de armario que el bloque necesitaba para batallar en varias competiciones sin perder calidad. Si consiguen mantener ciertos mimbres el Newcastle y mantener cierta estabilidad desde el banquillo, St. James Park puede ver como sus chicos firman otra temporada notable. La mejora global con los últimos fichajes, le dan al equipo más variedad y la próxima campaña va a ser crucial para saber donde se va a asentar el proyecto. La caída es un hecho, ahora al conjunto magpie no le queda otra que levantarse y aprender de sus errores en una temporada nefasta para evitar repetirlos en un futuro donde la incertidumbre reina a día de hoy.